En el mundo de la pesca todo es relativo y siempre depende de las circunstancias. Por eso es muy importante conocer, comprender y dominar los condicionantes.
A continuación voy a citar unos conceptos muy generales pero suficientes para practicar con posibilidades reales la pesca al lanzado:
ESTADO DEL MAR
La mejor opción siempre la tendremos, cuando el mar de fondo tenga presencia en forma de oleaje medio, (dos – tres metros) y que sea acompasado, seguido y tendido (que en ningún momento deje la zona donde vamos a “varear”, de estar oxigenada. Si estas circunstancias de dan tendremos muchísimas posibilidades de pescar.
ALTURA DE LA MAREA
La altura de la marea condiciona y mucho el tipo de señuelo a emplear y la “postura” a visitar:
Con pleamar se pueden utilizar todo tipo de señuelos y la mayoría de las “posturas” son fáciles de trabajar, pero esto no quiere decir que vayamos a pescar más, al contrario, ya que las lubinas son más difíciles de encontrar, pues el mismo pescado que había en la bajamar al aumentar su zona de posible pesca tanto en profundidad como en superficie, se reparte por mucho más espacio o se concentra en puntos mucho más aislados y por lo tanto esto dificulta su localización. Y aún en el caso de tenerlo por casualidad al alcance de nuestro señuelo, esto nunca es garantía para pescar ya que el pescado no suele mostrarse activo en estas circunstancias. Aunque hay una excepción, cuando la pleamar coincide con el amanecer y el anochecer. Tengo que puntualizar (por experiencia personal), que también en invierno (febrero y marzo), con pleamar y a cualquier hora se suelen pescar pocos pero buenos ejemplares.
Con media marea se siguen pudiendo utilizar la mayoría de los señuelos, con la excepción en verano de ciertos lugares donde las algas al estar crecidas nos los hacen empachar al clavársenos en ellas los anzuelos triples con que van provistos nuestros artificiales, pero no por esto debemos desistir y no intentarlo, pues precisamente en verano las lubinas acostumbran a cazar para comer camufladas entre los bosques de algas. Yo aprendí a solventar este problema cambiando los anzuelos triples por uno sencillo de carbono, al cual a veces le “capo” la punta con un trozo de tubo de goma para evitar pinchar en las algas y conseguir que con la mayor naturalidad posible se deslice el señuelo entre estas. No todos los señuelos aceptan este cambio pues la mayoría se desequilibran, pero las cucharas y algunos “rapalas” sí. Este estado de la marea suele ser el más productivo, ya que las fuertes corrientes que se originan, arrancan de sus escondrijos a los pececillos que sirven de pasto a las lubinas y es cuando estas se muestran más activas.
Con la marea baja por norma general las lubinas se separan de la línea de costa y hay que intentar pescarlas con lances largos, por eso el empleo de “cucharas” y “chivos” casi siempre es imprescindible en estas circunstancias. Excepcionalmente si la rotura de la ola se produce sobre fondo arenoso, podría el pescado comer cerca de la orilla.
TEMPERATURA DEL AGUA
Algo fundamental esto de la temperatura del agua. Está comprobado y demostrado que la temperatura ideal para que las lubinas se muevan a gusto, son los 15º, entre los 13º y 17º se muestran activas. Por debajo o por encima de esta referencia abandonan las aguas someras y superficiales, en busca de aguas profundas con una temperatura donde se sientan cómodas. En invierno aprovechan el sol de mediodía en aguas superficiales, para al caer la tarde buscar aguas profundas que no enfrían con la caida del sol. A veces y durante temporadas más o menos largas, se alejan varias millas mar adentro, buscando un hábitat más acorde con sus gustos de temperatura.
Los gustos ambientales de los animales, entre ellos los peces, no difieren mucho de los nuestros; rechazamos el frío y el exceso de calor. En invierno nos mostramos activos cuando el sol nos calienta, en verano buscamos la sombra y aumentamos nuestra actividad a primera y ultima hora del día, por la fresca.
CAÑA, CARRETE Y SEDAL
Con este trío lo fundamental es la calidad y un buen mantenimiento, sino ante el ataque de una lubina adulta (más de dos quilos), fácilmente nos desarme y nos quedemos con un palmo de narices.
SEÑUELOS
Aquí lo más importante es su naturalidad, tanto en su movimiento como en su color. Hoy en día prácticamente todos los señuelos usados en las condiciones de mar para las que fueron diseñados y de la forma correcta funcionan bien. El problema es acertar cuando se debe usar este modelo u este otro, o este tipo u este otro. Un señuelo muy bueno en ciertas circunstancias puede ser un desastre en otras. Una máquina de pescar se puede convertir en una máquina de ahuyentar.
ESTADO DE ANIMO
Tener ganas, convencimiento y fe, esto que parece una perogrullada no lo es. En la pesca es fundamental ser positivo, tener buen ánimo, saber perder y saber ganar, ser ordenado, paciente y muy importante, saber integrarse con el lugar escogido para practicarla, y disfrutar con todo el medio ambiente que te rodea, sino es mejor dejarlo y buscar otra zona donde estar a gusto. Por último un consejo, “la fe mueve montañas”.
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