viernes, 3 de enero de 2014

Relatos de un pescador afortunado: JOSE Y JOSÉ, II PARTE.

                                                 

                                                      JOSE Y JOSÉ, II PARTE                
                                                                     2005

      Aquella tarde José acabó por convencerme para ir a pescar. Yo pasaba por una época de desgana y él tiraba de mí. Recuerdo que nos encaminamos a la costa y llegamos a estar cerca de La Guardia, pero después de visitar diversas “posturas” que a él le parecían muy prolíficas y darnos un tute bajando y subiendo entre piedras y tojos, no habíamos conseguido pescar nada. Entonces le comenté que como la marea estaba en pleamar yo intuía que en los bajos de Pedornes podríamos tener una oportunidad, yo aquella zona la tenía como una de las más atractivas para la pesca, pero él la solía desdeñar, así que no muy convencido conseguí llevarlo hasta allí.

       El mar tenía el punto ideal para aquella zona, barría por encima de los bajos de piedra pero no arrasaba, oxigenando el agua de una manera uniforme y constante, yo monté un rapala original de 18 cm. que tan buen resultado me había dado tiempo atrás en aquella zona, con mimo iba paseando el rapala por los canales y orillando con el las piedras que lavaba el mar, ya tendría tiempo si no sentía nada en las cercanías, de “varear” con un chivo las zonas más alejadas. No hacía más que seguir el abc del pescador de espinning. Pero José se impacientó y comenzó a “varear” con un chivo, lanzando contra una piedra grande y alejada donde el mar ofrecía una forma de trabajar interesante. Gracias a su envergadura alcanzaba con el chivo la zona con facilidad, y en una de estas, cuando arrancaba el chivo arrimado a la piedra sucedió lo que tenía que suceder, que el robalo de turno abocó clavándose en el señuelo de José. Mediante un grito me avisó pidiendo ayuda, lo había “clavado” a una distancia considerable y aquel animal tiraba como un endemoniado, había que limarle aquella fortaleza, ya a esas alturas José sabía muy bien lo que tenía que hacer, así que me limité a animarlo y a prestarle mi ayuda si se terciaba. Después de varios minutos de enconada lucha por fin el animal empezó a dar muestras de cierta debilidad, y aprovechó para obligarlo y arrimarlo a tierra, pero el lugar para sacarlo no era ni cómodo ni fácil, tenía varias piedras que por veces afloraban y dificultaban la operación, además el mar con su bravura por veces revolvía formando una contracorriente dificultando el dominio de la situación. Cuando lo mas difícil estaba hecho, controlar y arrimar a aquel descomunal robalo, quedaba ir a por él, entonces José me dio la caña yendo él a buscarlo, cosa que logró después de varios intentos, pues el mar golpeaba con fuerza y hacía dificultoso el control de semejante “aparato”, hasta que por fin lo conseguí arrimar y ponerlo al alcance de José, que lo sujetó por la boca saliendo disparado piedra arriba. Aquello no era un robalo, aquello era una animalada de robalo, era enorme sí no llegaba a los ocho quilos poco le faltaba. Verdaderamente era un animal de record. Muy pocos pescadores de “espinning” podían presumir de haber capturado un robalo de tal entidad.

       Definitivamente José estaba tocado por la mano de Dios, volvía a sentirse el Rey del Universo.

        Pasado un tiempo, después que el destino no nos ofreciera jornadas dignas de reseñar, aconteció que un domingo de marzo fuimos de pesca a Monteferro y, cuando ya habíamos visitado sin éxito: “La Grande, “La Central” y “La del Faro”, todas ellas “posturas” que nosotros solíamos visitar con cierta asiduidad, al final llegamos al “acantilado de los cuchillos” y asomándome aprecié que el mar trabajaba allí de una forma especialmente atractiva, esta es una “postura” poco visitada por su engorroso y largo acceso, pero las pocas veces que la veo en su punto ideal desde lo alto de la atalaya, me atrae de forma extraordinaria y no me resisto a bajar, pero José nunca sintió demasiada querencia por ella, por eso tuve que hacerlo bajar casi a regañadientes.

       La marea ya bajaba con fuerza, yendo casi por la mitad de su recorrido. Cuando terminamos por acceder a la “postura”, yo respetando el abc del pescador, empecé “vareando” con un “rapala” por las zonas más someras y cercanas. Mientras José en su desgana no cambió la cucharilla que ya traía montada, y comenzó a lanzar al frente superando por su derecha la piedra contra la que rompía el mar oxigenando todo el ámbito. Después de una media hora “rapaleando” por la derecha, frente, e izquierda de aquella piedra que penetraba en el mar con forma de cuchillo, no acabé de sentir la tan ansiada picada. José continuaba “vareando” de frente con la “cuchara” con desgana y en un momento que venía recogiendo uno de los lances, me comentó que allí no había nada, que era mejor recoger y marchar. Aun no había terminado de decir la última palabra, cuando una bestial picada cortó de repente nuestra conversación.

       Otra vez José, esta vez sin merecerlo demasiado se encontró con un robalo de casi seis quilos, hasta sin fe ni confianza y casi obligado, la diosa fortuna le acompañaba. Yo que había bajado decenas de veces allí con toda la fe del mundo y que había pescado decenas de robalizas, nunca había pescado allí un robalo. Definitivamente José estaba tocado por la mano de Dios.

       Tengo que confesar que al día siguiente por la tarde en ese mismo lugar para mi fortuna, con un rapala y prácticamente en la orilla yo pesqué uno de tres quilos.

1 comentario:

  1. Hola ,yo me presento con toda la humildad del mundo ,mi e-mail,es robalitololito@hot,mail.com ,y soi de marin,tengo 33años,adoro la pesca de esa princesa q tu tanto saves lidiar ,un robalo ,llevo desde los 20años pescando ,por la costa de la vela ,y playas ,pero yo oia y monteferro no los conozco ,e visto videos de verdaderas matanzas ,yo no se si eso ya eran tiempos donde aun se bailaba la polca ,en galicia,e visto videos como la pesca con chivo en bayona la real !!y me emociono se me pone la piel de gallina ,me encantaria poder simplemente concerte y oir esos relatos cara a cara ,escribes muy bien se ve q eres muy humilde y pareces muy intuitivo ,y seria un honor poder compartir experiencias con alguien asi ,mis amugos de pesca ya perdieron la fe ante fracasos y madrugones ,pero yo sigo buscandola solo ,me darabia el secretismo sobre este arte q es la pesca del robalo ,pero hojala alla una excepcion,q quiera enseñar y dejar un legado a algunos pocos q aun creemos en poder varar esa loba del mar curtida en mil batallas ,me llamo roberto rodriguez parada !!me a encantado leer tus relatos y no te conozco de nada ,espero q me escribas y sigas escribiendo asi de bien sobre la pesca !!

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